Se halla separado del intestino delgado por la válvula ileocecal. Su mucosa presenta unos repliegues transversales, que le dan un aspecto característico. Las glándulas que tapizan la mucosa segregan mucus.
A lo largo del intestino se absorbe una gran cantidad de agua, por lo que a medida que se acercan al tramo final, transportados por los movimientos peristálticos, van espesándose. Estos productos se expulsarán al exterior en el proceso denominado egestión o defecación.Entre los productos residuales se encuentran las paredes celulósicas de los vegetales, a cuyas expensas viven una serie de bacterias saprofitas simbiontes (flora intestinal), que producen fermentaciones con desprendimiento de gases. También producen algunas sustancias útiles para el organismo, como la vitamina K.
En el intestino grueso también se desarrolla la absorción del agua contenida en el material líquido formando una masa más consistente, y las glándulas de la mucosa segregan un moco que sirve para lubricar la masa fecal que debe pasar del intestino al recto.La progresión de esta masa se hace a través de movimientos peristálticos distanciados en largos intervalos..
La defecación es un acto reflejo, pero se puede controlar (hasta cierto punto) por la voluntad. Las heces, en el momento de su expulsión, están formadas en un 65% de agua y el resto de bacterias en gran cantidad (en su mayoría muertas antes de su eliminación), por sustancias derivadas de la escisión, fermentación y putrefacción, productos de la secreción intestinal, pigmentos biliares y sales minerales


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